Hoy Soy Lizzie Velásquez


Fijaos en la foto. Una mujer de ojos tristes, mirada cansina, cuerpo huesudo y brazos cruzados mira a la cámara con cierta indiferencia y un hilo de resignación ante una escena dantesca. Frente a ella, decenas de bolsas de comida basura. Decenas de paquetes de plástico atiborrados de ganchitos, patatas fritas y toda suerte de productos con miles de calorías. Productos con la seña de identidad de Estados Unidos, el país del que procedo.
El periodista del Daily Mail que vino a entrevistarme para dar a conocer al mundo mi terrible enfermedad ordenó al fotógrafo que me situaran frente a toda esta comida de quita y pon y así dotar de más "fuerza emocional" al entorno. Creo recordar que utilizó exactamente esta palabra: fuerza. Pero en el fondo se refería a "morbo", un palabro muy extendido entre algunos pseudo periodistas en busca de carnaza.
De hecho, hay tantos envoltorios de comida en el costado izquierdo de la foto que se pierden intencionadamente hasta el infinito. Como si este matarife de las instantáneas pretendiese convencer absurdamente al lector de que la comida es inacabable.
La foto ha dado la vuelta al mundo y posiblemente el redactor haya recibido ya la palmada en la espalda del jefe de redacción, que ya le ha encargado un nuevo trabajo periodístico a la altura de éste último.
Es, por poner un símil, como si para contar la historia de un pobre niño ciego, que perdió la visión tras un bombardeo en Afganistán, fotógrafo y periodista optaran por ubicarlo frente a un árbol de navidad con centenares de lucecitas de colores. El niño observando al infinito, con la mirada perdida y el corazón revuelto. O como si a una niña diabética la situaran frente a una gran mesa repleta de chucherías, de caramelos y golosinas con la malvada intención de enfatizar el cruel contraste entre lo que no podrá comer jamás y lo que el mundo pone a su disposición.
Tal vez mi historia sea lo de menos. Sólo os diré, para el que quiera escucharme, que a mis 21 años trato de sobrevivir. Y que mi terrible enfermedad, de la que los expertos aún desconocen la causa, me obliga a comer cada 15 minutos. Día y noche. Así para siempre.
Pero, por encima de todo, os aseguro que, aún pesando sólo 27 kilos y siendo parcialmente ciega, estoy más en paz conmigo misma que los profesionales del Daily Mail que decidieron contar al mundo, de esta forma tan poco ética, mis enigmáticas dolencias.

Comentarios

  1. Parece que no se publican los comentarios y estoy haciendo un pa de comprobaciones

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  2. Pfff, no hay mucho que comentar... Cualquiera no se queda mudo con esta historia....La naturaleza a veces nos obliga a decir una y otra vez por que (casi ninguno de nosotros piensa por qué a ella y no a mí sino más bien por qué alguna gente tiene tan mala suerte). La realidad se guia por sus propias leyes que muchas veces para nosotros no tienen explicación...es así. Pero lo que sí no tiene perdon no es el destino, sino los repugnantes que aun se ceban con el que recibió semejante "lotería" y quieren sacar provecho de una situación tan tremenda. Una pregunta, éstos que publicaron semejante foto, que harían si fueran los protagonistas de ella? Qué opinión tendrían? Nada, la frase que de pequeños nos repetía mi padre ( y supongo que muchos otros) : no hagas a otro lo que no te gustaría que te hicieran.... No es tan difícil...o si?

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  3. estamos de vacaciones corazon!!!

    MARC,Y CAPITAN VON TRAPP TE MANDAN SALUDOS, TE SEGUIRAN , ME CONSTA QUE SON MUY FANS.

    BESOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS.

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  4. Joder, qué envidia!!!!

    ¿Por qué parte de la península estáis poniendo vuestros traseros? ( si es que estáis en la península....)

    Besotes

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  5. destino secreto, lejos de los paparazzi...ja,ja,ja,ja,ja!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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  6. In one particularly excellent example of the risks Coach Bags On Sale Online this film is taking with its impressionistic re imagining of Kipling stories, Mowgli (played by a very moving Rohan Chand) is banished from the jungle and sent to live with humans in the He is kept in a cage, poked Jordan Shoes For Sale Cheap at with sticks and gawked Ray Ban Round Sunglasses at Real Yeezy Shoes by the other kids, who see him as a strange new creature neither a man nor the wolf that he believes himself to be. He approaches his food on all fours, with Coach Outlet Store Online childlike curiosity a single moment that captures both aspects Ray Ban Sunglass Hut of his personality. But he can stomach it the flavours of a cooked, seasoned meal send him retching into his corner.

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